En los tiempos de crisis en los que estamos, donde los
bolsillos se resienten, creo que es importante conocer recetas que sean a la
vez baratas, sabrosas y dignas de un rey.
Esta receta la prepara mi
marido y ya sólo el nombre da a entender que es una buena receta. Las patatas
salvajes son las patatas que una vez peladas las cortamos de cualquier forma.
Hacemos un corte con el cuchillo en la patata y sin sacar el cuchillo del
corte, arrancamos el gajo de patata.
Como ya os he dicho, hoy
está cocinando mi marido y esta es la receta y el resultado. Espero que os
guste tanto como a mí.
Ingredientes
para 4 personas:
1 kg de costillas de cerdo
cortadas a tiras o en trozos más pequeños. A mi personalmente me gustan más en
tiras.
3 patatas grandes
2 dientes de ajo
Aceite de oliva
Zumo de 1 limón
Sal y sal gruesa
Pimienta negra
Tomillo
Preparación:
En un mortero pondremos sal
gruesa, añadiremos los dos dientes de ajo pelados y picados y unas hojitas de
tomillo. Se maja bien y cuando está bien majado añadimos el zumo del limón y un
buen chorro de aceite de oliva.
Mezclamos bien y lo echamos
a un bol que sea grande.
Salpimentamos las costillas
y las pasamos por el majado. Una vez bien untadas con el majado las vamos
colocando en una bandeja de horno (En nuestro caso, como añadimos siempre más
patatas porque está buenísimas, lo repartimos en dos bandejas de horno para que
todo quede bien sin apelotonarse) a 200 º durante 35 minutos.
Limpiamos las patatas, las
cortamos de forma salvaje y las freímos en una sartén con abundante aceite, las
reservamos y cuando faltan 5 minutos para terminar las costillas las añadimos
repartidas por la fuente.
Servimos y a comer.
Como podréis observar, una bandeja está más hecha y la otra menos, para todos los gustos de la familia.
Hoy mi amiga Lorena también las ha cocinado y en el último momento ha recordado hacer una foto. Aquí os la dejo
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